La reunión de fuerzas en el mundo emprendedor tiene nombre: coworking. El trabajo colaborativo es un concepto que surge de las prácticas de emprendedores y freelancers por generar un equipo de trabajo multidisciplinario con la finalidad de llevar a cabo diversos proyectos. El espacio en donde se desarrolla este encuentro se denomina coworking.
Ventajas como contar con un espacio en el cual puedas llevar a cabo juntas de trabajo, o un lugar en donde será mucho más fácil ubicar a las personas que podrían ayudarte con su expertise para una propuesta o trabajo específico, han hecho de esta modalidad una de las de mayor crecimiento en el mundo de las oficinas.
“Antes el emprendedor se quedaba en casa, veía qué hacer y absorbía gastos importantes. Con el coworking tienes un equipo de diez personas que te auxilian, te ayudan a conseguir las herramientas y estás rodeado de un ambiente lleno de energía”, dice Carol Pérez, directora de Relaciones Públicas de WeWork Latinoamérica, uno de los gigantes internacionales del rubro.
La arquitectura que reina en los coworkings está pensada en sedes flexibles, capaz de ofrecer desde espacios abiertos hasta salas de juntas y oficinas privadas. Todo depende de la intención de cada emprendedor.
“Tienes que evaluar como personas y como empresa cuál es tu meta, dónde te sientes cómodo y en qué tipo de ambiente funcionas mejor: hay personas que buscan espacios callados y otros que necesitan dinamismo y mucha vida alrededor”, dice Pérez.
De igual forma, los presupuestos suelen ser muy variables, así como las modalidades de rentas y los programas al interior.
Por ejemplo, en el caso de WeWork, la membresía tiene validez en todas las sedes de los 20 países en donde la marca cuenta con edificios, mientras que otros programas son mucho más locales o están limitados a un solo coworking.
Asimismo, varios de los coworkings ofrecen agenda de encuentros que facilitan el networking, reuniones informales entre miembros e incluso premiaciones a emprendedores que utilizan las sedes.
Otro aspecto a tomar en cuenta al elegir un coworking podría ser la ubicación del mismo. Mientras más cerca esté de los puntos más recurrentes de operaciones (donde se ubiquen los clientes que se visiten más a menudo o en donde haya mayor facilidad de cumplir con diversos compromisos), será mejor para el emprendedor.
La especialista enumera algunos puntos que hacen del coworking una valiosa opción para emprendedores, freelance y empresarios.
- “Cuando el emprendedor comienza, normalmente se siente solo, es uno contra el mundo”, dice Pérez. “Pero si se ve rodeado por gente que persigue proyectos similares, esto eleva mucho el entusiasmo”.
- Un buen coworking debe aportar no solamente un buen sistema de conexiones (networking), sino también apoyo en la infraestructura, flexibilidad de horarios y servicios que hagan cómoda la estancia.
- Es recomendable un coworking en donde, además de las facilidades para trabajar y los puntos ya mencionados, también cuente con un programa de eventos, pláticas y acciones que lleven al emprendedor a mejorar personal y profesionalmente.
- Las oficinas convencionales, los cubículos incómodos y las oficinas cerradas han pasado de moda. “Tenemos un equipo de investigación que mide los impactos del espacio en la gente: cómo el lugar ayuda a la inspiración, desde la distribución hasta los colores”, explica la especialista.
- Quita importantes cargas de encima, desde el contar con una buena conexión a Internet hasta contar con un buen espacio para invitar a un cliente, a un prospecto o a un socio a una junta. “El coworking te hace muy fácil concentrarte en lo que realmente es importante, que es crecer tu negocio”, concluye la directiva.
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