Se ha iniciado la desescalada tras una larga y penosa cuarentena. ¿La vida será igual? ¿Volveremos a la normalidad? ¿Se improndrá el distanciamiento social como la nueva norma de vida?
Pareciera que el Coronavirus vino para imponer un nuevo orden mundial y ha establecido que tendremos nuevas pautas de vida si queremos subsistir mientras avanzamos hacia un mundo muy globalizado con más tecnología y mayor conectividad.
El mayor aprendizaje registrado en solo unos pocos meses ha sido que estamos interconectados y somos interdependientes, y que, sin solidaridad entre nosotros, especialmente con los más vulnerables, todos resultamos afectados.
Veamos algunos aspectos que nos harán reflexionar:
Nuestra realidad no es controlable. Adiós a la soberbia tanto individual como colectiva. Gobiernos, empresarios, grupos e individuos, fueron afectados por el virus de igual manera. Les gustase o no. Y si creían que podían asumirlo, pues no, se equivocaron totalmente, con las graves consecuencias tanto sociales, sanitarias como económicas y política. Ningún gran evento en el planeta se sostuvo, ya veremos que pasará con las Olimpíadas de Tokio, programadas para el 2021.
Nuestro planeta es único, y sí, todo está interconectado. Son muy pocos los países libres de Covid-19. El que un país no declare casos no implica que no existan y no se sabe por cuánto tiempo. La aviación comercial redujo a cero las distancias. El hecho de que la OMS mantuviera el intercambio de viajes hacia China y desde ese país hacia el mundo, hizo que el virus viajase libre, sin ninguna restricción. Así que ahora todos padecemos el mal, es un planeta pequeño y no hay a donde ir.
Restricciones globales, libertades individuales en suspenso. La cuarentena ha permitido a casi todos los gobiernos del mundo tomar medidas para controlar a la población. Ahora la norma es establecer un estado de vigilancia, cosa que no gusta porque el derecho a la libre movilidad y hasta el derecho de opinar o manifestar, están a ahora en manos de los gobiernos. Los países asiáticos han creado aplicaciones de control de ciudadanos que limitan muchas libertades. Será la nueva moda a nivel mundial, porque mientras no haya vacuna ni control sobre la exposición a otros virus y sus mutaciones, se usarán más estas aplicaciones para perpertuar el control sobre los ciudadanos.
Nacionalismo vs. Globalización. Los gobiernos, empresas, organizaciones, instituciones y la sociedad en general, tendrán que hacer frente a largos períodos de autoaislamiento económico. Todo un desafío para gobernar tras el cierre de fronteras, creando nuevas pautas que estarán más enfocadas en lo local para garantizar el abastecimiento y la satisfacción de la demanda.
Mayor ahorro. Como en la postguerra, son tiempos para ahorrar y ser sensatos. Nuevas conductas a la hora de comprar se están registrando. Muchos preferirán almacenar que consumir. Las empresas tendrán que desarrollar planes de contingencia para protegerse de todo evento.
Ser más ecológicos. No se puede seguir creciendo sin control. Como humanos no resistimos más, ni el planeta y su medio ambiente tampoco. Al poco tiempo de la cuarentena, la vida animal y la naturaleza en general, se han mostrado agradecida. El enorme daño a los sistemas ecológicos a escala mundial obliga a modificar la forma de hacer economía.
Mayor transformación digital. Lo digital se integra definitivamente a nuestra forma de vida: trabajaremos desde casa, compraremos y estudiaremos desde un clic de distancia. El Covid-19 llegó para quedarse y nos obliga a mantener distanciamiento físico. El teletrabajo no es una moda, es una norma de vida y todas las empresas tendrán que ajustarse a la nueva realidad. Los impactos hasta ahora de la digitalización han sido positivos y muchas áreas productivas son susceptibles de asimilarlo.
Seremos más aseados. El uso de mascarillas, gel, jabones y desinfectante será la norma generalizada. El regreso a la vida implicará que se apliquen las medidas de higiene a toda costa. Los eventos masivos, el turismo y los viajes seguirán restringidos, mientras se buscan medidas para asegurar la menor exposición a virus y enfermedades.
Sistema de salud igualitarios. Ya vimos que el Coronavirus no hace distinciones con nadie, quien lo porte debe recibir atención sanitaria. Muchos gobiernos deberán adecuar su sistema de salud para brindar atención a todos.
Mayor consciencia y liderazgo. La respuesta de los gobiernos y los políticos al Covid-19 será evaluada por los ciudadanos. Hoy vemos como ciudadanos apuestan por quienes buscaron las mejores soluciones para dar respuesta a la pandemia, y muchos, sin importar la cuarentena, están protestando y llamando la atención sobre lo que está mal, exigiendo acciones.
Son tiempos difíciles para todos, dependerá de cuan flexibles seamos. Recuerden ser como el bambú. La adaptación implicará muchos cambios y no serán muy cómodos.
Evelyn Navas @ecnaproasesoria en redes sociales.
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