Si hablamos del impacto de la pandemia del Coronavirus a nivel mundial, hay un aspecto en nuestra vida laboral que destaca y que parece que se quedó para instalarse. Es mucho más que una tendencia.
Gracias a las bondades de la tecnología, el teletrabajo o la digitalización a distancia está de moda. Muchas empresas respondieron durante la crisis a través de la distancia que impone el hogar y si es posible seguir produciendo así en tiempos complicados, esta tendencia puede ser una nueva forma de vida.
El confinamiento obligatorio en muchos países o los limitaciones de aforo en espacios públicos y privados ha llevado a mucha gente a reinventarse y a trabajar desde la distancia.
Nómadas digitales
Tener independencia física del lugar de trabajo a través de un dispositivo móvil y WiFi, que permita trabajar desde cualquier lugar del mundo mientras seas productivo y organizado, cumplas con tus metas y logres objetivos, es lo que se conoce ahora como un nómada digital. Se distingue del freelancer o emprendendor que trabaja a destajo en forma independiente.
Muchas empresas han aprendido a coordinar sus equipos en medio de la pandemia para seguir produciendo desde el confinamiento, con el mínimo de personal en planta, siguiendo las recomendaciones de los gobiernos y de la OMS. El trabajo remoto se ha perfeccionado a través de los equipos.
Negocios de todo tipo, desde empresas grandes como corporaciones, hasta negocios pequeños como librerías, restaurantes o que ofrecen servicios específicos, se han volcado a atender sus actividades diarias a través del coworking remoto. Otras se han reinventado para ofrecer en línea y en redes sociales, generando ventas y entregando a domicilio (delivery) los productos.
Los beneficios de la digitalización y el trabajo a distancia han sido expandidos en estos tiempos. Las empresas han aumentado el contacto directo con su público, han ampliado su target para incluir al resto, escucharles y buscar maneras de apoyar a la ciudadanía en tiempos de crisis. Eso ha dado pie a un movimiento de solidaridad impresionante y contagiosa, a la creatividad expansiva que ha pemitido que se generen desde aplicaciones hasta sitios web donde se puede ayudar a los más vulnerables, los más afectados en cualquier nivel por la pandemia.
Y ese movimiento genera frutos, porque a la larga se crean vínculos afectivos y de credibilidad en quienes nos apoyaron en una circunstancia difícil. Por ejemplo, el uso de los balcones en España por artistas de todo tipo, cantantes populares, cantates líricos, grupos musicales o de actores, haciendo de todo para animar a los vecinos cada noche de una larga cuarantena, seguro será un gesto que no será olvidado. Cuando se pueda regresar a los teatros, tendrán todas las entradas compradas por esa misma gente a quienes arrullaron en un momento histórico y complejo.
Tampoco la gente olvidará a quien creó una app para ofrecer transporte gratuito a los médicos y enfermeras durante la pandemia, o al que creó una red de apoyo donde se compra comida y se les entrega directo en sus casas a los ancianos o los mayores que no pueden salir en cuarentena.
Estos vínculos comunitarios son indisolubles y aunque no se retribuyan en lo inmediato, a mediano plazo lo será. Muchas empresas están consolidando sus marcas de esta manera. Apoyando, sirviendo, conectando gente, tendiendo la mano, orientando a otros. Son muchas las formas.
Los retos que impone trabajar a distancia
Claro que esta nueva tendencia impone retos pues implica cambios en los estilos de vida. El reto está en crear una rutina básica, flexible y creativa que vincule todos los aspectos tanto laborales como familiares. Si tienen hijos, ya saben de qué hablamos.
El hecho de estar en casa no implica que te quedes en la cama y trabajes desde allí. Es cuestión de asumir los nuevos tiempos porque esta pandemia no será tan rápida de erradicar mientras no exista una vacuna o tratamientos efectivos de control sobre su propagación. El regreso a la normalidad no será el mismo, al menos no podemos volver a nuestra la misma realidad de antes. El Coronavirus, querramos o no, nos lleva a ser más conscientes de nuestro entorno, a ser más flexibles y consecuentes con el acto de garantizar nuestra supervivencia y la de los otros.
Evelyn Navas Abdulkadir. @ecnaproasesoria en redes sociales.